Por qué los Oscar de 1972 siguen siendo uno de los mejores de la historia

Echando la vista atrás, los Oscar de 1972 parecen una cápsula del tiempo de un Hollywood cambiante. Los Oscar de ese año fueron algo más que una ceremonia de entrega de premios, fue una deslumbrante celebración del cine que captó la esencia de una época pasada.

En los últimos años, he tenido la sensación de que los Oscar se han vuelto más sosos y aburridos. Parece que se trata más de presumir que de celebrar realmente a los demás y sus logros. La alegría genuina y el orgullo por el éxito de los demás parecen haberse desvanecido, haciendo que la ceremonia parezca menos auténtica y memorable de lo que solía ser.

Raquel Welch and American football player Joe Namath attend the Academy Awards together, Los Angeles, California. (Photo by Fotos International/Getty Images)

En mi opinión, los Oscar de 1972 fueron algo completamente diferente. Esa noche tan especial estuvo llena de momentos inolvidables que pusieron el listón muy alto para todas las ceremonias de los Oscar posteriores. Volver a esa noche es como entrar en una cápsula del tiempo de la época dorada de Hollywood, y las fotos inéditas de esa noche cuentan una historia de puro glamour y poder de las estrellas. ¿Qué hizo que los Oscar de 1972 destacaran sobre los demás?

Un año histórico

Para empezar, la 44ª edición de los Premios de la Academia reconoció algunas de las mejores películas de la historia del cine. The French Connection dominó la noche, llevándose a casa cinco Oscar, entre ellos el de mejor película, mejor director para William Friedkin y mejor actor para Gene Hackman, quien encarnó al detective de la policía de Nueva York Jimmy «Popeye» Doyle.

El realismo descarnado de la película y sus intensas persecuciones automovilísticas establecieron un nuevo estándar para las películas de suspense, y su éxito en los Oscar consolidó su lugar en la historia del cine. Era una película real, con actores reales y una historia realmente buena, algo que se echa en falta hoy en día.

«La película era totalmente diferente a todo lo que había hecho hasta entonces. Nunca había rodado tanto en exteriores, y especialmente en invierno y en esas condiciones en las que estábamos todo el tiempo. Y creo que nunca me había sentido tan presionado por un director, lo que fue muy bueno para mí», dijo Gene Hackman.

Keystone/Getty Images

Gene Hackman estaba tan conmocionado al ganar el premio que ni siquiera recordaba haberse levantado de su asiento para dirigirse al podio. En el escenario, el actor expresó su gratitud a su primer profesor de arte dramático y a su madre, pero pronto se vio desbordado por la emoción.

Otra obra maestra, La naranja mecánica, también fue nominada ese año. La visión distópica de Stanley Kubrick suscitó controversia y admiración, lo que contribuyó a la importancia cultural de la ceremonia. Por su parte, El violinista en el tejado devolvió al público al género musical, encandilándolo con su arrolladora partitura y su conmovedora historia.

The Last Picture Show, la obra maestra de Peter Bogdanovich, cautivó al público y obtuvo ocho nominaciones al Oscar. Destaca su evocadora fotografía en blanco y negro y su nostálgico retrato de la vida en un pequeño pueblo. Cloris Leachman y Ben Johnson ofrecieron interpretaciones inolvidables y se llevaron sendos Oscar a la mejor actriz y actor de reparto.

Los Oscar de 1972 supusieron un deslumbrante retorno al brillo y el glamour de la época dorada de Hollywood.Atrás quedaron las plumas, los flecos y las diademas hippies que habían dominado las últimas ceremonias. La gala de este año mostró un impresionante despliegue de elegancia vintage, con estrellas ataviadas con vaporosos chifones y lujosos brocados, acentuados con diamantes y pieles.

Rebecca De Mornay during 44th Annual Academy Awards at Dorothy Chandler Pavillion in Los Angeles, California, United States. (Photo by Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)

Como señalaron algunos periodistas, no hubo ni un solo traje de chaqueta a la vista, aunque Jane Fonda se atrevió con uno de los pocos trajes de pantalón de la alfombra roja. Un reportero también señaló que muchas de las damas mostraron «mucho escote», lo que contribuyó al glamour de la velada.

Protestas

Como siempre, la zona exterior del Music Center de Los Ángeles estaba repleta de aficionados deseosos de ver el desfile de estrellas que se dirigía a la ceremonia de entrega de premios. Sin embargo, la emoción estaba teñida de tensión, ya que se produjeron protestas en las inmediaciones, algo habitual en aquella época. Los manifestantes, bastante ruidosos, fueron contenidos por un cordón policial.

Ese año, las protestas se centraron en Harry el Sucio, de Clint Eastwood, que, a pesar de no estar nominada a ningún premio, fue criticada por glorificar supuestamente la violencia policial. Un cartel especialmente llamativo rezaba: «Harry el sucio es un huevo podrido».

Sin camiseta y cubierto de cadenas

La música desempeñó un papel importante para que los Oscar de 1972 fueran inolvidables. Isaac Hayes hizo historia como el primer afroamericano en ganar un Oscar a la mejor canción original por su éxito «Theme from Shaft», llevando la música soul a los Oscar de una forma que nunca antes se había hecho.

Su electrizante actuación en el escenario fue uno de los momentos culminantes de aquella noche de abril. El icono, descamisado y encadenado, dominó el escenario mientras tocaba el teclado, rodeado de un torbellino de bailarines. El espectáculo alcanzó su punto álgido cuando Hayes desapareció bajo el escenario en una nube de humo, dejando al público boquiabierto. Fue un momento que realmente definió la magia de los Oscar.

La despedida de Betty Grable

Uno de los momentos más destacados de la velada fue la última aparición en público de la legendaria actriz Betty Grable. Betty Grable fue -y sigue siendo- uno de los gigantes de Hollywood. Su icónico póster en traje de baño, de 1943, la catapultó a la fama como la mejor chica pin-up de la Segunda Guerra Mundial. Pero Grable era algo más que una cara bonita, fue una actriz de gran éxito, y sus 42 películas de los años 30 y 40 recaudaron más de 100 millones de dólares.

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