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Agustín Bernal fue uno de los actores más emblemáticos y admirados del cine mexicano, conocido tanto por su físico impresionante como por su habilidad para interpretar a personajes rudos, peligrosos y letales. A lo largo de su exitosa carrera en el cine de acción mexicano, se ganó el reconocimiento del público y la crítica por su versatilidad y su presencia en pantalla. Sin embargo, a pesar de su éxito en el ámbito profesional, su vida personal estuvo marcada por una dura lucha contra una enfermedad cardíaca congénita que, desafortunadamente, le costaría la vida a una edad temprana.

Infancia y Primeros Años: De un Rancho Humilde al Ejército

Nacido en el rancho El Caulote, ubicado en Michoacán, Agustín creció en un entorno humilde, donde desde temprana edad mostró un fuerte espíritu de superación. A los 14 años, decidió dejar su hogar y unirse al ejército mexicano, un paso que marcaría el inicio de una vida llena de desafíos y logros. En el ejército no solo aprendió a leer y escribir, sino que también descubrió su pasión por el físico culturismo y el atletismo. Su dedicación al entrenamiento deportivo le permitió obtener medallas en varias competencias regionales, destacándose en disciplinas como la halterofilia y el atletismo.

Durante este tiempo, Agustín también forjó una amistad significativa con Antonio Riviello Basán, quien más tarde ocuparía el cargo de Secretario de la Defensa Nacional. Esta relación sería crucial en la carrera de Bernal, ya que fue Riviello quien lo eligió para representar al ejército en eventos deportivos de gran importancia.

Agustín Bernal en la Ciudad de México: El Nacimiento de una Estrella

La gran oportunidad de Agustín Bernal llegó en 1985, cuando se mudó a la Ciudad de México con el sueño de convertirse en actor. Su imponente presencia física le permitió obtener rápidamente papeles en películas de acción, en las que interpretaba a policías rudos, villanos y criminales implacables. Su habilidad para transmitir intensidad y violencia a través de sus personajes le permitió ganarse un lugar destacado en el cine de acción mexicano, convirtiéndose en un rostro familiar para el público.

A lo largo de su carrera, Agustín no solo actuó, sino que también se aventuró en la producción y la escritura de guiones. Fundó su propia casa productora, Producciones El Caulote, con la que colaboró con otros cineastas y actores importantes del cine mexicano, como Jorge Reynoso y Tony Bravo. Su sello personal de dureza y valentía en la pantalla dejó una huella en el cine nacional, especialmente en los géneros de acción y crimen.

Lucha Contra la Enfermedad Cardíaca Congénita

Aunque en su vida profesional Agustín Bernal parecía ser invencible, su vida personal estuvo marcada por una constante lucha contra una condición médica heredada. Desde su nacimiento, sufrió de una afección cardíaca congénita que lo acompañó durante toda su vida. Esta enfermedad, aunque no lo obligó a ser hospitalizado de inmediato, le generó complicaciones a lo largo de los años. En muchas de las comunidades rurales de México, como su natal Michoacán, el acceso al agua potable era limitado, lo que forzaba a la población a consumir agua de pozos o manantiales sin tratar. Este agua a menudo contenía minerales pesados como plomo y arsénico, lo que pudo haber agravado la condición cardíaca de Agustín a lo largo del tiempo.

Vida Personal y Compromiso con su Familia

A pesar de las adversidades de salud, Agustín nunca dejó que su condición afectara su carrera ni su vida personal. En 2007, se casó con Sandra Salas, quien lo apoyó incondicionalmente a lo largo de los años, especialmente durante los momentos más difíciles relacionados con su salud. Juntos tuvieron un hijo, Abel Bucio, y Agustín siempre resaltó en sus entrevistas la importancia de la familia en su vida. La vida de Agustín no solo estuvo marcada por el cine, sino también por su interés en la política. Fue miembro activo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y manifestó su deseo de postularse para la alcaldía de su natal Parácuaro, Michoacán.

Críticas a las Narcoseries y su Legado

A lo largo de su carrera, Agustín también se mostró crítico con el auge de las narcoseries en la televisión mexicana, un fenómeno que, según él, glorificaba a los criminales sin mostrar las consecuencias de sus actos. Agustín consideraba que este tipo de producciones transmitían valores dañinos a las nuevas generaciones y perpetuaban una imagen distorsionada de la realidad.

La Muerte Prematura de Agustín Bernal

Desafortunadamente, el 8 de enero de 2018, Agustín Bernal falleció a la edad de 58 años debido a un infarto al miocardio. Su muerte sorprendió y conmovió al medio artístico mexicano, que lamentó la pérdida de un actor carismático y talentoso. A pesar de su imagen de villano en las películas y su presencia imponente en pantalla, quienes lo conocieron de cerca destacaron su carácter afable, su gran sentido del humor y su dedicación a su familia y amigos.

A lo largo de su carrera, Agustín participó en más de 200 películas, incluyendo títulos populares como Siete en la mira y La fuga de Caro. Su última aparición en la pantalla grande fue en la película No se aceptan devoluciones (2013), dirigida por Eugenio Derbez. Además, durante sus últimos años, Agustín vivió en Far Texas, donde se dedicó a escribir y publicó su novela Mi mayor en 2013, con la intención de llevarla al cine.

El Legado de Agustín Bernal: Un Héroe del Cine de Acción Mexicano

Hoy, Agustín Bernal sigue siendo recordado con cariño y admiración por los fanáticos del cine mexicano. Su figura de “Rambo mexicano”, un personaje audaz, fuerte y lleno de valentía, perdura en la memoria colectiva. A pesar de haber enfrentado una enfermedad que finalmente le costó la vida, Agustín dejó un legado imborrable en el cine de acción mexicano, un legado que continúa vivo y disfrutado por nuevas generaciones de admiradores. Su carrera y su vida, tanto en la pantalla como fuera de ella, siguen siendo fuente de inspiración para muchos.

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